Basta con aplicar una capa y esperar que se seque. Eso es todo lo que necesita esta pintura para empezar a eliminar bacterias y virus peligrosos. Sin necesidad de desinfección constante, sin sprays, sin toallitas. Solo pintura. Así de simple, y así de potente, es el nuevo desarrollo científico que podría transformar la higiene en hospitales, clínicas, medios de transporte y hasta en nuestros propios hogares.
El invento fue creado por un equipo de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, que combinó un desinfectante muy conocido por dentistas y médicos -la clorhexidina- con resina epoxi, un tipo de recubrimiento muy utilizado en ambientes industriales. El resultado fue una pintura que no solo decora, sino que destruye una amplia gama de microorganismos, incluyendo algunos especialmente resistentes, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), el virus de la gripe y el coronavirus SARS-CoV-2.
La idea de mezclar un biocida con una pintura no es nueva, pero lo que logró este grupo fue desarrollar una fórmula estable, duradera y eficaz, que no altera la apariencia ni la funcionalidad del recubrimiento original. Es decir: no cambia el color, no genera olor, no se deteriora más rápido, ni requiere cuidados especiales. Funciona como cualquier pintura epoxi, pero con un efecto oculto y persistente: la eliminación activa de bacterias y virus en las superficies donde se aplica.
Según explicó Felicity de Cogan, líder del proyecto, esta tecnología tiene un enorme potencial en ambientes hospitalarios, donde las superficies de o frecuente pueden convertirse en verdaderos reservorios de bacterias, incluso después de rutinas intensas de limpieza. Camas, picaportes, barandas, asientos de inodoro o mesas de examen podrían beneficiarse enormemente con este tipo de recubrimiento.
La investigación fue publicada en la revista Scientific Reports y financiada por el Programa de Becas Industriales de la Real Academia de Ingeniería. Además, el desarrollo contó con la colaboración de Indestructible Paint, una empresa especializada en recubrimientos de alto rendimiento con sede en Birmingham.
Una de las grandes ventajas de esta pintura es que no necesita ser reaplicada constantemente. Una vez seca, la superficie queda protegida y empieza a actuar de inmediato. De Cogan lo resume así: “Esto significa que podés estar seguro de que una superficie no va a transmitir infecciones cuando la toques”.
Para probar su eficacia, el equipo aplicó la pintura en diferentes tipos de superficies plásticas y metálicas, y analizó la distribución del biocida a nivel molecular. Confirmaron que la clorhexidina quedaba integrada de forma homogénea en la pintura, sin migrar hacia el ambiente ni perder su efectividad con el tiempo. Esto no solo la vuelve más segura, sino también más económica a largo plazo.
Y si bien la inspiración inicial fue sanitaria, el potencial del invento no se limita al ámbito clínico. Los investigadores ya están trabajando en pruebas para aplicar esta pintura en el transporte público, en aviones, trenes, escuelas y hasta en la industria aeroespacial, donde las superficies se comparten y se tocan con frecuencia.
Además de su eficacia contra virus y bacterias, los ensayos mostraron que la pintura también elimina microorganismos que ya son resistentes a antibióticos y desinfectantes. Este punto no es menor: la resistencia antimicrobiana se considera una de las principales amenazas para la salud pública global. Según la Organización Mundial de la Salud, si no se toman medidas, podría causar más muertes que el cáncer para 2050.
“Las superficies contaminadas pueden actuar como reservorio de genes de resistencia, que se transmiten entre bacterias mediante transferencia genética. Esta pintura, al destruir a los patógenos en el acto, podría ayudar a interrumpir ese ciclo”, explica de Cogan.
Por ahora, el producto sigue en fase de prueba, pero con resultados muy prometedores. El equipo ya está trabajando en ensayos de durabilidad a largo plazo y en condiciones más hostiles. El objetivo: asegurarse de que la pintura conserve su eficacia durante meses o incluso años, sin necesidad de mantenimiento especial.
Desde la empresa que colabora con el desarrollo ya adelantaron que esperan lanzar el producto comercialmente en un futuro cercano, y que podría ser una gran ventaja en múltiples industrias.
Berrow, M., Brooks, A., Kotowska, A.M. et al. Development and characterisation of antimicrobial epoxy resin. Sci Rep