¿Sabías que el pez cebra, ese pequeño pez que no tiene ni idea de que es famoso, comparte el 74 % de sus genes con nosotros? La Dra. Delia Shelton, bióloga de la Universidad de Miami, lo sabe, y decidió usarlo como su conejillo de indias (o mejor dicho, pez de laboratorio), para investigar el impacto del cio en humanos.
Un artículo publicado en la revista científica Consumer Reports, indica que un equipo de biólogos de la Universidad de Miami identificó niveles elevados de cio y plomo en marcas populares de chocolate ampliamente disponibles en el mercado estadounidense. Lo que preocupó a los investigadores es que este elemento tóxico no sólo perjudica la salud del consumidor sino que también puede afectar negativamente a sus hijos e incluso a sus nietos.
Durante el estudio, los científicos hallaron este metal que no sólo se encuentra en el chocolate, sino también en el arroz, las tortillas y los mariscos. ¿Quién diría que muchos de nuestros alimentos favoritos guardaban secretos tan oscuros?
El cio es un elemento natural que se encuentra en la corteza terrestre, y en estado puro es un metal blando de color plateado. Todos los suelos y las rocas, entre ellos el carbón y los fertilizantes minerales, contienen algo de cio. La mayor parte del cio que se usa en Estados Unidos se extrae durante la producción de otros metales tales como zinc, plomo y cobre.
Como metal, se utiliza para la producción de baterías (83 %), pigmentos (8 %), recubrimientos electrolíticos (7 %), estabilizadores para plásticos (1.2 %) y para aleaciones sin hierro, instrumentos fotovoltaicos y otros usos (0.8 %).
En los Estados Unidos, la fuente principal de exposición al cio para personas que no fuman es la dieta. En general, las hojas de hortalizas tales como lechuga y espinaca, patatas y cereales, maní, soja, y semillas de girasol contienen niveles de cio más elevados, aproximadamente 0.05–0.12 mg/cio/kg. Fumar, prácticamente duplica la cantidad de cio en el cuerpo comparado con personas que no fuman.
El cio no es sólo un visitante molesto, es el inquilino que nunca se muda. Tiene una vida media de 10 a 30 años en el cuerpo humano. Básicamente, si lo consumes hoy, puede que recién tus nietos vean la mitad de él fuera de tu siste
El cio no es sólo un visitante molesto, es el inquilino que nunca se muda. Tiene una vida media de 10 a 30 años en el cuerpo humano. Básicamente, si lo consumes hoy, puede que recién tus nietos vean la mitad de él fuera de tu sistema.
Esta permanencia en el cuerpo humano llevó a la Dra. Shelton a preguntarse: ¿pueden los efectos del cio durar tanto que incluso tus tataranietos lo sufran? Para responder a esta pregunta, se asoció con la Dra. Amanda Oehlert, de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami. Juntas, utilizando equipos de laboratorio avanzados, estudiaron el pez cebra expuesto al cio.
Los hallazgos fueron preocupantes: el cio es tan persistente que no sólo arruina la vida de los peces que lo ingieren, sino también la de su descendencia, hijos y nietos. Sí, parece que el cio es de esos que les gusta dejar “herencia”, pero no precisamente la que uno quisiera.
Dicho de otra forma: el daño se transmitió y afectó a las generaciones futuras, aún sin haber estado directamente expuestas… y eso es lo preocupante porque este hallazgo sugiere que el cio podría tener efectos multigeneracionales similares en humanos.
Y por si esto no fuera suficiente, este hallazgo tiene implicaciones muy cercanas a la Universidad de Miami, precisamente en el barrio de West Coconut Grove, en el condado de Miami-Dade. Allí sus residentes vivieron décadas expuestos a contaminación por cio gracias a un incinerador de basura llamado, irónicamente, “Old Smokey” (“Viejo humeante”).
Ahora, la Clínica de Justicia Ambiental de la Universidad de Miami está luchando por quienes estuvieron en o con esta toxina, y la investigación de Shelton podría ser clave para apoyar esta causa.
Volviendo al chocolate, un estudio de 2024 de Consumer Labs, una organización sin fines de lucro que ofrece pruebas de terceros sobre productos de salud y nutrición, halló que el 35 % de 72 productos de cacao en los Estados Unidos excedía el nivel máximo de cio permitido por la FDA (istración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU.).
Los adultos sanos que limitan su ingesta a pequeñas cantidades no deben tener miedo de comer chocolate, señala Leigh Frame, directora ejecutiva de la Oficina de Medicina Integrativa y Salud de la Universidad George Washington en Washington, DC. “Una porción típica de chocolate amargo es de casi 30 gr, por lo que comer una porción todos los días es un riesgo bastante pequeño en el gran esquema de las cosas”, afirmó Frame.
Our study reveals that even pure dark chocolate can contain high levels of lead and cium, two metals linked to serious health concerns, including cancer and developmental issues.
— Leigh A. Frame (@PhD_Leigh) August 21, 2024
Despite the known benefits of dark chocolate, such as improved heart health and cognitive pic.twitter.com/TjBMYzTmIy
Hay personas sensibles desde el punto de vista médico, como aquellas con enfermedades renales que tal vez no puedan excretar metales de manera eficiente fuera de su cuerpo. Y lo mismo en el caso de las mujeres embarazadas, quienes también deberían reducir la ingesta de chocolate para proteger al niño que llevan en el vientre.
La Dra. Shelton espera que sus estudios sean un llamado de atención para que pongamos el radar en esas toxinas ambientales que están moldeando nuestra salud y la de nuestros descendientes. Mientras tanto, nosotros podemos seguir comiendo chocolate con un poquito más de culpa… o, al menos, con más conciencia.
Hands JM, Anderson ML, Cooperman T, Balsky JE and Frame LA (2024) A multi-year heavy metal analysis of 72 dark chocolate and cocoa products in the USA. Front. Nutr. 11:1366231.
Jessica Okutsu, Md Imran Noor, Delia S. Shelton (2025) Swimming Into View: Zebrafish Uncover Targets, Mechanisms, and Therapies for Cium Toxicity, Current Environmental Health Reports 12:20