Más luces en el cielo: Amazon lanzó sus primeros 27 satélites y desafía a Starlink en la carrera de la internet espacial

Con el lanzamiento de 27 satélites, Amazon inaugura su propia constelación de satélites para ofrecer internet de banda ancha desde el espacio a todo el planeta, y se prepara para disputar el liderazgo de Starllink.

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Lanzamiento del vuelo protoespacial del Proyecto Kuiper. Crédito: Amazon

A partir de ahora, cuando miremos el cielo nocturno veremos cada vez más luces deslizándose en silencio, y será por obra de Amazon. El gigante tecnológico lanzó el lunes pasado los primeros 27 satélites del proyecto Kuiper, cuya meta es brindar internet de banda ancha a todo el planeta a través de una constelación de 3232 satélites en total.

El despegue fue a las 19:01 hora de Florida desde Cabo Cañaveral, a bordo de un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA).

El plan de Amazon es ambicioso. La compañía de Jeff Bezos no solo aspira a competir con Starlink, la red de satélites de Elon Musk (que ya tiene más de 7000 satélites activos), sino también a complementar sus propios servicios digitales, desde compras hasta almacenamiento en la nube. Según aseguraron desde la compañía, esperan comenzar a brindar servicios de internet a fines de este año.

Los satélites que se lanzaron el lunes operarán a unos 630 kilómetros de altura, lo que permitirá reducir la latencia -el tiempo que tarda un dato en ir desde un dispositivo, como un celular o computadora, hasta el servidor y volver-, y mejorar la velocidad de conexión en comparación con los satélites tradicionales, que suelen estar mucho más lejos de la Tierra.

Ya aseguramos más de 80 lanzamientos para poner en marcha esta constelación, y cada uno sumará decenas de satélites a la red”, indicaron desde la compañía. "Nuestro objetivo es ofrecer conectividad de red de extremo a extremo", agregaron. Eso significa llevar datos desde internet hasta el satélite, y de ahí a una antena instalada en la casa o negocio del , con precios que, prometen, serán accesibles.

Se llama constelación a un grupo de satélites que trabajan juntos con movimientos coordinados para lograr un propósito común. En este caso, brindar una cobertura de banda ancha segura. “El nombre hace referencia al Cinturón de Kuiper, una región del sistema solar que existe más allá de los ocho planetas principales. El cinturón de Kuiper lleva el nombre del difunto astrónomo holandés Gerard Kuiper, considerado por muchos como el padre de la ciencia planetaria moderna”, explican desde Amazon.

Una red propia en el cielo

La compañía ya había probado suerte en octubre del año pasado, cuando lanzó dos satélites prototipo. Aquella fue una misión de testeo, y sirvió para ajustar detalles para el lanzamiento del lunes pasado, desde el sistema de propulsión hasta los es solares y las antenas de comunicación.

Los satélites que se lanzaron el lunes ya son parte de la red definitiva y tienen un detalle extra: están recubiertos con una capa que refleja menos luz solar, para no interferir con las observaciones astronómicas desde la Tierra.

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El Proyecto Kuiper ofrecerá internet de alta velocidad y baja latencia a prácticamente cualquier lugar del planeta. Crédito: Amazon

Para conservar la autorización de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC), Amazon debe tener al menos la mitad de la constelación —1618 satélites— en órbita para julio de 2026. Así que este lanzamiento es apenas el primero de más de 80 que ya están en carpeta.

La empresa ya firmó contratos con varios proveedores: ULA, que puso en órbita estos primeros 27; Blue Origin, también propiedad de Bezos; Arianespace, con sede en Francia; e incluso SpaceX, su principal rival.

Amazon no es la única con este sueño. Starlink lleva la delantera, pero hay otros actores: OneWeb, respaldada por el gobierno británico; la china GuoWang; y hasta el ejército estadounidense. Lo que hace diferente a Kuiper es que se apoya en la gigantesca infraestructura de Amazon Web Services, y tiene detrás una de las billeteras más grandes del mundo.

Eso sí, el desafío no es solo técnico. También hay preocupaciones sobre el “tráfico” en órbita, la basura espacial y el impacto en el cielo nocturno. Cada nuevo satélite suma un punto más que puede verse desde abajo... o chocar con otro allá arriba. Mientras tanto, ahora, desde la tierra podremos ver nuevas hileras de luces atravesando la noche como si fueran trenes cósmicos.