Aunque el calendario diga que el invierno empieza el 21 de junio, hay lugares en nuestra Patagonia argentina donde el frío no espera. En estos rincones del país, la nieve ya llegó y tiñó de blanco los paisajes, invitando a una temporada que arranca, casi siempre, antes de lo previsto.
Para quienes no le temen al abrigo y buscan sumergirse en escenarios invernales y disfrutar al máximo de estas condiciones cuando el resto aún duda en sacar el piloto, estas son algunas postales que ya parecen de julio… pero en versión anticipada.
Aislado, pequeño y silencioso, Caviahue es uno de los primeros en recibir nieve abundante.
La primera nevada en esta localidad argentina ubicada en el departamento Ñorquín de la provincia de Neuquén siempre es una fiesta. Ya en mayo suele amanecer cubierto, y para junio muchas de sus calles se vuelven intransitables sin cadenas. Ideal para esquiar sin multitudes en el popular centro de ski local o simplemente caminar entre araucarias nevadas, con el cráter del volcán Copahue como telón de fondo.
Otra joya neuquina que se anticipa al calendario de nieve, recibiendo un manto blanco capaz de embellecer todavía aún más aquello que ya es bello: durante esta temporada, los alrededores del lago Aluminé y las cabañas con humo en las chimeneas ofrecen una escena casi nórdica.
En esta localidad situada en el centro-oeste de la provincia de Neuquén, al pie de los Andes Patagónicos, el silencio es casi absoluto y caminar por sus senderos nevados es una experiencia sensorial y lenta irresistible, como deberían ser todas las del invierno.
En estos atractivos, la temporada de nieve se inaugura sola: en Esquel, a fines de mayo ya suele nevar, y el centro de esquí La Hoya comienza a vestirse de blanco con estilo y elegancia para recibir visitantes. La localidad es conocida por ser la parada más austral del tren a vapor de vía estrecha La Trochita, que alguna vez recorrió más de 400 km a través de la Patagonia, y todavía sigue en pie regalando una experiencia única en la región (todavía más bella cuando hay nieve alrededor).
Lo distintivo de esta ubicación es que su orientación permite que la nieve se conserve más tiempo, lo que lo convierte en un secreto bien guardado entre quienes prefieren pistas largas y poco concurridas.
La llegada del frío en la Patagonia argentina es augurio de que más tarde que temprano el color verde de la vegetación comenzará a apagarse: el mes de junio en El Bolsón es una mezcla rara de hojas secas y primeros copos. Si bien no siempre hay nieve en el centro del pueblo, sí puede haber en los cerros cercanos.
¿Cómo disfrutar de este destino? Subiendo al Cerro Piltriquitrón o buscando alguna cabaña camino al Cajón del Azul, experiencias que permiten espiar esa transformación que vuelve blanco lo que ayer era dorado.
Este es uno de los mejores destinos de Argentina para irar el cambio de temporada de la mano de bosques que cambian de color de forma auténtica y conmovedora: lejos del ruido de Ushuaia –se encuentra en la zona centro de la Isla, a medio camino con Río Grande- Tolhuin es el centro de una Patagonia más silenciosa. Allí, los senderos alrededor del lago Fagnano ya muestran escarcha, y algunas nevadas tempranas pintan el suelo con pinceladas blancas.
El invierno empieza bajito, sin fuegos artificiales, pero con una belleza tranquila y persistente.